Consiste en un proyecto artístico para la puesta en valor del espacio natural “Dehesa de Tablada”, promovido por la Mesa Ciudadana por Tablada, apoyado por Red Sevilla por el Clima, y protagonizado por un amplio conjunto de artistas que trabajan en el entorno de Sevilla. Incluye exposiciones, mesas redondas y visitas guiadas.
La Dehesa de Tablada es un espacio mayoritariamente virgen a pesar de haber sido objeto de usos militares, agrícolas, ganaderos… de haber sido modificada por las mareas y las inundaciones… de haber servido de base a acontecimientos históricos de gran repercusión y de sufrir la dejadez habitual de las periferias de las ciudades. Las aguas que suben inundando sus riberas traen el aroma púrpura de las cañaillas que ya ambicionaran los fenicios, y riegan cardos gigantescos en una pradera inmensa. A pesar de estar protegido por Ley de Costas, como estuario, continúa en manos privadas, sin protección y a merced del vandalismo.
Los valores paisajísticos del lugar son excepcionales y muy desconocidos, pues está conectada a pie o en bicicleta con la ciudad solo por una reciente pasarela, y separada de ésta por la gran serpiente de tráfico de la circunvalación. Es el único lugar cercano a la urbe desde el que la mirada puede perderse en el horizonte, adivinándose, a lo lejos, Doñana, y avistándose sobre ella sus aves, como la garza real o el águila calzada. Es un espacio frágil, delicado como un velo de semillas milenarias que no ha sido tocado y que aspira a permanecer así, como paisaje extraordinario, como una gema plana y opaca, una losa que sujeta a la ciudad y sus cimientos, antes de deshacerse en los limos del delta del Guadalquivir. Su puesta en valor como paraje natural es necesaria, pero ha de hacerse con delicadeza, respetando los ritmos naturales del entorno, preconizando y protegiendo la maravilla de Doñana.
Desde hace meses, en algunos casos, años, diversos artistas han conocido y reconocido el territorio, organizado actividades de dibujo del natural o realizado acciones performáticas. Se recogen ahora estos trabajos en diversos espacios, a modo de dibujos, pinturas, esculturas o instalaciones.
El lugar permite ser observado e interpretado de muy diversas maneras, tanto desde una mirada amplia, basada en el dibujo y la pintura del natural, incluso de la fotografía, como de una observación más atenta a la diversidad botánica, animal y mineral. También la morfología del territorio, y su relación simbólica con el entorno, el pasado tartésico donde se adoraba Astarté y sus propiedades telúricas, son un campo de interés, así como las implicaciones sociales, políticas y medioambientales, propias de una metrópolis, a nivel más relacional.
Con esto, el proyecto expositivo se divide en:
Artistas en Facultad de Bellas Artes:
Territorio de diversidad
La diversidad de flora y fauna se asemeja a la de Doñana por su cercanía, pero es una dehesa, es decir, un lugar de convivencia del paisaje mediterráneo fluvial y una explotación agrícola (huertas) y ganadera (ovejas, cabras, caballos). Igualmente es rica su geología, los limos y las tierras han sido base de la cerámica y los ladrillos desde antaño.
Montserrat Caraballo, Alba Cortés, Marta G. Rangel, Laureano Gómez Miranda, Paco Lara-Barranco, Pepa López Recio, Alberto Muñoz Santos, Cristina Pérez de Villar, Pepa Rubio.
El bosque de Astarté
La dehesa forma parte de la antigua ría de Tartessos, y en la cornisa se rendía culto a Astarté. Las aguas y los barros ocupaban diferentes lugares del territorio. La magia del lugar reverbera aun en su cauce transformado.
Ana Aydillo, María Cañas, Manuel Cid, Federico Guzmán, Anna Jonsson, Txiki López, Ruth Morán, Patricia Ruiz Soriano, Rosa Vives Almansa.
Espacio Transversal:
Exposición de bocetos, cronología fotográfica de visitas al espacio, dioramas y apuntes procesuales de artistas participantes.
Artistas en COAS:
La mirada amplia
El paisaje de la dehesa de Tablada ofrece una perspectiva única en la ciudad y su metrópolis. Al tratarse de una zona inundable de la ría, a la que llegan las crecidas de las mareas, la mirada se pierde en el horizonte.
Daniel Bilbao, David López Panea, Javier Martínez Cano, Paco Moraza, Pedro Nieto, Mané Pérez Tápias, Ana Aydillo.
Una gema en la metrópolis
La dehesa se ha conservado por diversas circunstancias como un territorio salvaje en medio del caos metropolitano de tráfico y edificaciones. Los devenires políticos, urbanísticos y territoriales son abordados por un conjunto de artistas de un modo a veces reflexivo y en otros casos irónico.
May Andreu, Paka Antúnez, Rocío Arregui, Sara Gallego, Loncho Gil, Javier Martínez Cano, Ángel Pantoja, Guillermo Rodríguez, MP&MP Rosado, Jorge Yeregui.
Coordinación del proyecto: Rocío Arregui, Txiki López y Curro Oñate (Mesa Ciudadana por Tablada).
Al pasear por un espacio natural parece que olvidamos que la no privacidad del mismo, no encontrarlo rodeado de vallas, lo convierte en un lugar que de alguna forma nos pertenece. Y este supuesto que debería ser, en un principio, un compromiso de cuidado del mismo, lo convierte de manera totalmente opuesta en un basurero para algunos. Un espacio sin valor, abandonado…donde poder arrojar aquello que nos sobra, que ya no es útil, de manera gratuita y sin remordimientos sobre el perjuicio que supondrá al lugar en el que se abandona. Siempre me ha resultado incomprensible que esto siga sucediendo, pero es un hecho. Y la Dehesa es un ejemplo de ello. Por esto, al realizar mi aportación artística a esta exposición, quería reflejar justo este acto tan común y a la vez tan egoísta, de ensuciar, invadir, contaminar… de desechos un espacio común. Mi obra consiste en recoger una milésima parte de una montaña de desechos e intervenirla pictóricamente con uno de mis paisajes. Queriendo convertirla en naturaleza de nuevo, una naturaleza que no es real, es un sueño. Cómo si mágicamente, toda esa huella humana que nunca debió acabar allí se transformara en flora y fauna.
Montse Caraballo
Metamorfosis de un escombro
Pedazos de escombro intervenidos con pintura acrílica y óleo.
Medidas variables.
2022
Alba Cortés
Terracota
Óleo sobre lino. 150 x 100 cm
El paisaje puede ser tan extenso como la diversidad de miradas subjetivas que construyan de él una experiencia. Sobre el espacio que ocupa la dehesa de Tablada se desarrolla el tráfico y la prisa de unas rutinas cotidianas aceleradas, que apenas dejan a los ciudadanos reparar en la magnitud del entorno natural que se les ofrece tras la ventanilla. El simple hecho de recorrer a pie la ribera bajo el puente desde el que habitualmente se domina la dehesa con la mirada, propone un panorama totalmente nuevo. Dentro de ella, se reconoce la ciudad desde otro plano, más emocional, libre y alejado de la indiferencia que el desconocimiento propicia, como cuando a través de una pintura entendemos los escenarios habituales de manera diferente. Terracota sugiere una aproximación a este paréntesis en lo que creíamos conocido en el que escuchar, ver y sentir los elementos que pueblan el ecosistema de la dehesa, un reconocimiento de nosotros mismos en las tierras y en las arquitecturas vegetales que durante tantos ciclos han sido testigo de las modificaciones en el paisaje y de los tránsitos de sus habitantes.
Habitantes:GarcillasbueyerasOvejasAbejasOlmosSaucesChoposCormoranesMariposasConejosRanasCardosTarganinasPatosTrucha comúnCachoBarbogitanoÁguila realGorriónCaballos...
“Cada planta, cada animal, incluso cada complejo minero, cada paisaje, tiene su razón de ser. No están a nuestro alcance por puro azar o capricho, sino que forma parte de nosotros mismos. El hombre no es un OVNI venido de una lejana galaxia; el hombre es un poema tejido con la niebla del amanecer, con el color de las flores, con el canto de los pájaros, con el aullido del lobo o el rugido del león. El hombre se acabará cuando se acabe el equilibro vital del planeta que lo soporta. El hombre debe amar y respetar la Tierra, como ama y respeta a su propia madre”.
“Estaba yo un día solo. Había pasado el águila real y no solamente me había brindado uno de sus penetrantes vuelos de caza, sino que había estado describiendo las más fantásticas acrobacias en compañía de su pareja. ¡El águila! El macho y la hembra colgados en el cielo estuvieron como cinco o diez minutos, ¡quién sabe! ¡yo estaba prendado de sus alas!, ¡yo quería volverme pájaro!”. Félix Rodríguez de la Fuente.
“Es necesario un modelo de “intervención” que sea lo menos intervencionista posible, para que el lugar sea lo que debe ser, más campo en la ciudad y no más ciudad en el campo. El campo tiene sus dinámicas y equilibrios naturales, se seca en verano y ahí aparece la Tablada dorada, con las primeras lluvias llega la otoñada y con ellas el intenso verde de millones de brotes, este año no ha aparecido hasta prácticamente marzo, lo que nos hace testigos conscientes de la cada vez más preocupante situación climática. Hemos tenido que desesperar hasta las lluvias de marzo y abril y ahora es un prado multicolor que luce florido y hermoso (salvo por el diario e impune vertido de residuos y escombros).
Marta G. Rangel
Dehesa de Tablada: flora y fauna, 2022
Lápiz y acuarela sobre papel, 46x34 cm.
La Dehesa amada, 2022
Grafito, tinta, gouache y acuarela sobre papel, 70x50 cm
El paso por el metro o por el viaducto de la pasarela, supone un obligado contacto, siempre sorprendente con la realidad campestre, en antiguos grabados del lugar se observaban ya los rebaños de ovejas que sin duda han sido determinantes para que el lugar no esté más arbolado, no hace mucho pasó por el corredor verde de la provincia el rebaño de Tablada y al llegar a una zona que tenemos reforestada en la orilla del frente, detrás de alavera, se comieron los brotes de chopos hasta la raíz... luego está el cauce vivo, que a veces saca las escrituras y reclama lo que en tiempos fue suyo anegando la dehesa, el bosque de ribera, sus infinitas aves, cormoranes, garcillas bueyeras, rapaces varias, etc.. en definitiva campo vivo y felizmente abandonado a su suerte,especialmente durante el último cuarto de siglo en que permaneció absolutamente desconectada de la capital y su presencia humana, salvo para algunos valientes y necesitados que se atrevían a sortear los perros asilvestrados del charco de la pava o las numerosas zanjas que lo adornaban para acudir a triana o a atravesar la peligrosísima curva del ramal de la SE-3O que conseguimos salvar con la pasarela tras innumerables movilizaciones y acciones reivindicativas. Esa desconexión supuso una cuarentena verdaderamente renaturalizadora, que hizo aún más natural si cabe a la dehesa. No os podéis imaginar cómo ha cambiado en los últimos 4 años tras la apertura de la pasarela, había pajareras en la ribera e infinidad de nidos ya que el paso de gente era prácticamente nulo.
No veo la conveniencia de especies alóctonas (foráneas) en el lugar como ha sucedido en el inmediato parque/parking de la vega de Triana, al sur del antiguo curso del río.
Veo crucial y estratégico plantear el incremento de la protección natural mediante la figura más adecuada, a mi juicio una ZEPA (zona de especial protección para las avisa) una figura de la Red natura, a fin de evitar posibles propuestas de usos “lucrativos” que nos retrotaigan a momentos que creíamos pasados.
No he mencionado las clarísimas e íntimas conexiones y paralelismos relaciones de este espacio inundable con algunos de ecosistemas de la cercana DOÑANA, no veo nada más lucrativo para esta ciudad y su futuro entorno metropolitano que tener una cuña de Doñana inserta en su corazón.
Eso si que convertiría a la Sevilla de la era del antropoceno, en la gran Sevilla que todos los habitantes de este ecosistema humano necesitamos”.
Acción colectiva performática artística para reivindicar el espacio de la Dehesa de Tablada. De la que queda un testimonio material expuesto en el patio de la facultad de Bellas Artes de Sevilla. Acariciamos todas las especies de árboles que están en este lugar, mediante un frottage en telas de algodón ecológico humedecidas con agua del río Guadalquivir y piedra de grafito soluble en agua. Al acariciar los árboles, ellos te devuelven, te regalan su autorretrato. Así se llama la acción.
Una experiencia inolvidable con alumnado y profesorado de la facultad y artistas... . Cada especie está presentada con su ubicación e informaciones con un código QR.
Gracias a Antonio Alcántara.
Acción con el alumnado del Máster en Arte de la Universidad de Sevilla, del itinerario Naturaleza, Territorio y Medioambiente
Laure Gómez
Acaricias un árbol y te regala su autorretrato
10 telas de algodón crudo de 200 x 100 cm
Paco Lara-Barranco
Lo que pesa un árbol
Ladrillos apilados
650-700 kilos aprox.
Lo que pesa un árbol (2022), es el título de la instalación ideada para el proyecto expositivo Dehesa de Tablada: “Doñana en Sevilla”.
Consiste en una acumulación de ladrillos sobre una superficie de un metro cuadrado, hasta completar un peso aproximado de 650-700 kilos. Este peso, es equivalente al de un árbol joven medio.
La instalación se construirá durante el transcurso de la muestra. Diariamente “irá creciendo” en lo que refiere al número de ladrillos acumulados. El acopio de ladrillos finalizará cuando el peso total de los depositados equivalga al peso de un árbol joven medio: 650-700 kilos.
El título de la propuesta constituye una metáfora. Su lectura no se corresponde con la imagen que proyecta la instalación, con aquello que percibe el ojo. La metáfora pretende equiparar el peso de un árbol al de un palé de ladrillos. Cuando se apuesta por el material de construcción se prescinde de lo que la naturaleza produce. La obra pretende concienciar al visitante frente aquellos proyectos de especulación urbanística y de infraestructuras de obras de diversas tipologías, que amenazan la destrucción de los entornos naturales como lo es la Dehesa de Tablada.
Pepa López Recio
Ceres y Deméter
Impresión digital sobre lona
Medidas 1,40 x 96 cm
El periodo comprendido entre los siglos XV a XVII es un momento de grandes y decisivos cambios en Europa con numerosos avances en la ciencia, la filosofía, el arte e incluso la religión. Pero la gran revolución es que en menos de un siglo se ha navegado y en gran parte cartografiado casi todo el planeta y se han descubierto culturas desconocidas o semi-desconocidas.
Los Jesuitas (que eran hombres altamente preparados intelectualmente) llegaron a Japón en 1549 con la intención de llevar su fe. En ese momento el país se encontraba inmerso en el turbulento periodo Sengoku, una guerra civil entre los distintos feudos en los que se dividía el territorio; por lo que muchos señores feudales se mostraron encantados con la llegada de los occidentales, ya que podían ser unos magníficos aliados de cara a alcanzar el puesto de shōgun gracias a sus armas de fuego y posibilidades de comercio. Desde el primer momento los jesuitas estuvieron directamente involucrados en un comercio que unía puntos como Japón, Macao y Manila, obteniendo un amplio porcentaje de los beneficios.
Muchos japoneses se convirtieron al Cristianismo durante este período hasta que Tokugawa Hidetada promulga un edicto en 1614 que expulsa definitivamente a los cristianos y es prohibida esa religión en todo el país. Durante el período comprendido en los dos siglos anteriores a la expulsión el nivel de influencia de la cultura hispana en Japón fue enorme y trascendental. En el terreno artístico y bajo la influencia de los jesuitas se hacían dibujos, grabados, mapas, libros ilustrados y se pintaban biombos donde se reproducen numerosas ciudades europeas, entre ellas Sevilla; que a su vez con la actividad comercial se había convertido en la puerta de entrada de influencias japonesas gracias a la navegabilidad de su río.
La Embajada Keichō, dirigida por Hasekura Tsunenaga y compuesta por decenas de comerciantes japoneses y 22 guerreros Samuráis emprende una gran expedición para establecer relaciones comerciales con España, la potencia mundial del momento. En 1614 el galeón de la Embajada desembarcó en el puerto de Sevilla tras un viaje de siete años de duración que traería a los primeros "Samuráis Mediterráneos" a asentarse en Coria del Río y la comprobación de su fructífera herencia son los cientos de descendientes que comparten un mismo apellido en la actualidad: "Japón".
La Dársena del Guadalquivir corresponde al antiguo cauce del río que una vez canalizado discurre al oeste del antiguo Médano de Tablada. Desde Sanlúcar de Barrameda hasta Sevilla, el río tiene 90 km de recorrido navegable. Sevilla en el siglo XVI era el centro mercantil del mundo occidental, y su río la principal vía de tráfico marítimo.
La Dehesa de Tablada es cedida a Sevilla en el S.XIII por Alfonso X El Sabio para el disfrute de sus vecinos, como terreno comunal. Todos los sevillanos tenían para el rey sabio el derecho de disfrutar de las hermosas vistas que desde allí se tenían de la ciudad, de la fertilidad del río y de la abundancia de ganado que pastaba en la llanura. De hecho, hasta principios del siglo XX, este era todavía el lugar donde pastaba el ganado que abastecía de carne los mercados de Sevilla, y los toros que se lidiaban en las fiestas. Un lugar donde cualquier sevillano podía llevar su ganado a pastar libremente. Desde entonces esta impresionante extensión, casi virgen, de unas 400 hectáreas inundables ha estado ligada a los hitos más importantes del devenir de Sevilla.
Matorrales de jaras y cardos eran segmentados por cercados empalizados donde estaba el ganado vacuno (bravos o de media casta) que permanecían allí hasta llegar a La Maestranza o al Matadero. Es por esos cercados de tablas por lo que al terreno se le comienza a llamar Tablada. El camino desde Triana a San Juan de Aznalfarache conectaba andando la ciudad con la Dehesa, a la que también se accedía con barcas e incluso a nado en el caso de muchos aspirantes a torero que se acercaban en las noches a torear el ganado. Dice Juan Belmonte "cuando llegábamos a Tablada, la luna clara bañaba en leche azul la Dehesa"
Cuando comienza la actividad militar en Tablada y aún sólo existen algunos barracones y hangares, se sigue manteniendo el ganado, que incluso tiene que ser apartado para despegues y aterrizajes de aviones militares hasta que a partir de 1923, con el diseño de la primera base de la aviación militar española, las reses fueron desapareciendo gradualmente.
Tras haber sido declarada terreno no urbanizable y hasta la actualidad, la Dehesa de Tablada ha sufrido un abandono por la administración de más de 20 años que ha causado un deterioro; pero a la vez, la falta de presencia humana ha convertido la Dehesa en un espacio natural con biodiversidad y ecosistema y (destacando su condición central en el valle del Guadalquivir) la puerta de Doñana en Sevilla.
Alberto Muñoz Santos
Hilar d-espacio. Acción performativa
Secuencia fotográfica
2022
Dirección de obra: Alberto Muñoz Santos.
Fotógrafo, Jaime Moreno Tamarán. Edición: Ignacio Traverso.
Hilar d-espacio. Acción performativa.
Videocreación. 1,38 min. Formato mp4.Panasonic Lumix DMC-G80
Dirección de obra: Alberto Muñoz Santos.
Producción y edición: Jaime Moreno Tamarán.
La necesidad de encontrar un hilo que podamos usar para entretejer el espacio urbano y el espacio rural. El espacio vacío y el lleno. La memoria del territorio en estado puro, y el territorio antropizado.
Dos espacios tan próximos…Tablada (dehesa natural) y la ciudad, el espacio urbano.
La ganadería presente en la dehesa de Tablada desde los ancestros puede ser uno de los discursos para aunar Tablada con la ciudad. El ganado, el rebaño de ovejas que nutre, a la vez curte el suelo de Tablada. La lana, como piel que abriga al animal, e igualmente sirve como piezas textiles de abrigo para el humano.
El rebaño de ovejas y el pastor como acción que custodia el territorio (abono, desbroce…), y la transhumancia, declarada Patrimonio de la Humanidad, como consecuencia de la búsqueda de alimento para el ganado en épocas de escasez. De Tablada se desplazan los rebaños al bajo Guadalquivir (entorno de Doñana).
La lana, el hilo que obtenemos de esa piel, y que sirve para coser dos espacios separados por una carretera (SE-40). Ese hilo es la memoria del territorio, las tradiciones, el patrimonio inmaterial, la custodia del territorio.
El proyecto Hilar d-Espacio se presenta como una performance en la cual el artista va a interactuar con el rebaño presente en la Dehesa de Tablada. Van a bailar en conjunto, realizando la labor de acompañante, de amigo, no sólo de pastor. Todo ello en agradecimiento no sólo a los recursos que nos aportan, sino sobre todo a la labor de conservadoras de biodiversidad, y de expansión de semillas a través de sus excrementos por todos aquellos espacios en los que habitan. De ahí también el título del proyecto Hilar d-Espacio, no sólo hace referencia al aspecto geográfico-urbanístico, sino a lo simbólico. Un rebaño de ovejas se mueve despacio, y en ese desplazamiento abona y aporta semillas.
Las ovejas, en ese acompañamiento en el vacío de Tablada, agradecen poder disfrutar del espacio, pero a la vez solicitan ayuda para mantenerse nutridas. En este caso, el artista se ve inquieto ante esta situación, a falta de pasto para el ganado, y la falta de lluvia para que nutra el suelo de Tablada.
El artista en su acción performativa, se ve en una contradicción, a la vez realiza la acción de dar a comer al rebaño, a la vez realiza una mala praxis en relación al uso del vehículo para el transporte del pienso, el uso indebido de materiales plásticos, como el saco y el cubo; y por otro lado, defiende lo lento, la artesanía, y usa vestuario realizado con lana (boina, falda kilt, zapatos de lana). En esa contradicción, hace crítica de los cambios drásticos en el mundo rural en relación a los oficios tradicionales, las tareas rutinarias, los materiales que se usan, la obligación de adaptación a una economía global y a un sistema, con la compra de piensos, etcétera
Cristina Pérez de Villar
Encardilada
Escultura (pincel intervenido con cardo en urna de cristal)
25,3 x 17 cm de diámetro
Astarté Cardae
Escultura con cardo en urna de cristal.
21 x 15 diámetro
Encardilada
La primera vez que puse mis pies sobre la Dehesa de Tablada estaba oscureciendo. Llegamos atravesando el puente viejo y el río, observando desde arriba ese paisaje que tan acostumbrada estaba a divisar desde las ventanas del metro. Todo cambió de dimensiones al pisar esa tierra y caer la noche. Rodeada de personas que ven más allá de las cotidianidades, exploradoras y poetas de corazón, cada paso dio lugar a historias sobre ese espacio, sus especies y sus usos y así fuimos desvelando el lugar y recolectando inspiraciones como quien pasea por la orilla de una playa recogiendo conchas y trozos de cristal erosionados por el mar.
Cuando el cielo iba mostrando su gama de azules más oscura, me vi paseando entre cardos majestuosos que nos sobrepasaban en tamaño, cuyos ocres anaranjados contrastaban al punto que me pareció estar caminando por un sendero flanqueado por enormes candelabros encendidos.
Recordé los brazos-candelabro de la Bella y la Bestia de Jean Cocteau, la icónica escena de la rosa en la urna de cristal, y creé ese pincel-cardo, usando una especie-llave, aparentemente sencilla, preciosa aunque no la valoremos, como el terreno inmenso de la dehesa de Tablada, abandonada y especulada, olvidada; y como símbolo de esa naturaleza interna creadora y de la externa que tendríamos que venerar.
Astarté Cardae
La Dehesa de Tablada, antaño fue mar que bañaba las orillas de antiguas y prósperas civilizaciones que rendían culto a la Madre Tierra en toda la cuenca del Mediterráneo, antes de la invención del lenguaje escrito. Astarté es su nombre griego, estrella del alba y del ocaso. A su vez, el cardo pertenece a la familia de las “asteraceas”, de aster, que quiere decir estrella, y de aceae, que tiene naturaleza de.
El cardo es una especie-llave, una especie esencial para el equilibrio del ecosistema, y curiosamente, la diosa romana Cardae fue guardiana del hogar, gozne o bisagra de puertas, aquella que abre lo cerrado y cierra lo abierto.
Esta obra es una invocación, un despertar del recuerdo de los tiempos en que se honraba la Naturaleza como deidad, de recoger ese espíritu de respeto a la tierra que nos sustenta, esa mirada asombrada, y trasladarla a la contemporaneidad.
El cardo es una especie-llave, una especie esencial para el equilibrio del ecosistema, y curiosamente, la diosa romana Cardae fue guardiana del hogar, gozne o bisagra de puertas, aquella que abre lo cerrado y cierra lo abierto.
Esta obra es una invocación, un despertar del recuerdo de los tiempos en que se honraba la Naturaleza como deidad, de recoger ese espíritu de respeto a la tierra que nos sustenta, esa mirada asombrada, y trasladarla a la contemporaneidad.
Pepa Rubio
La potencia de las semillas
Semillas, hilo de algodón y madera.
Medidas variables
2022
La potencia de las semillas habla, como propio título indica, del enorme potencial que contienen unas pequeñas semillas por lo que llegarán a ser, por lo que pueden ser o por lo que podrían ser: árbol, alimento, sombra, energía, saberes, etc. Esta obra plantea una reflexión sobre la necesidad de reapropiarnos de la potencia del pensamiento, porque solo ejerciendo un pensamiento crítico podemos congratularnos con la naturaleza, es decir, con nosotros mismos.
Esta pieza tiene una carga poética ecológica al tiempo que contiene un enfoque práctico, porque pone sobre la mesa un tema que considero relevante: nuestras potencialidades para hacer pensar y rehacer las formas de vida que queremos en este mundo, porque como dice el naturalista y escritor Joaquín Araujo, “la mayor torpeza de una civilización es vivir de espaldas a lo que le permite vivir”, es decir, la naturaleza.
Ana Aydillo
El pie de la Dehesa
Técnica mixta sobre cartón
64 x 94 cm
Mi obra “El pie de la Dehesa” surgió cuando un día visité La Dehesa de Tablada. Después de andar me senté al lado del río y me descalcé y busqué con la mirada el horizonte. Me relajé y a través de mis pies sentí a la madre tierra.
Unos días más tarde en mi estudio reviví esa conexión con la naturaleza y comencé a realizar apuntes hasta que apareció “El pie de la Dehesa”.
No se porqué, cuando lo pintaba me acordé del cuadro clásico “Déjeuner sur L'herbe” de Monet y también de una serie de fotografías que Cartier Bresson hizo sobre “los europeos” en dónde se ven a unos franceses merendando al lado del Sena.
Todos los que vivimos en las ciudades tenemos pocos momentos para conectarnos con nosotros mismos a través de la naturaleza y aquel día en La Dehesa fue uno de esos.
La Dehesa de Tablada es una suerte de espacio en Sevilla que merece ser visitado, respetado y vivido. Creo que muchos sevillanos aún no la conocen y está ahí mismo.
María Cañas
El desastre cuida de todo.
Fotomontaje digital, impresión gliceé en papel de algodón Canson 310 gramos.
Marco de madera caoba.
57 x 77 cms.
2022.
Edición de 3 copias + 2PA
“Si desapareciéramos mañana, ningún organismo de este planeta nos echaría de menos.
Nada en la naturaleza nos necesita”.
Thomas Ligotti. La conspiración contra la especie humana.
“Descansar de lo humano...
La tierra no nos pertenece, ni nos necesita,
y si logramos apartarnos y confiar en la naturaleza,
la vida se abrirá camino”.
María Cañas.
Manuel Cid Medrano
Memento
Móvil de soportes de alma de girasol intervenidos con tinta de catalpa, pan de plata, polvo de oro y bismuto fundido
125 x 33 cm
Memento es una instalación surgida de un ejercicio de investigación metalingüística, enmarcada en la corriente del activismo matérico, en un esfuerzo por elaborar y autoproducir materiales artísticos basados en los objetivos de desarrollo sostenible, resignificando desechos invisibilizados por los sistemas de producción de la Era del Antropoceno. Para ello, tras una primera consolidación de artefactos expositivos en la primera exhibición pública de dichos materiales: “La Materia como Artefacto Artístico”, se activa una reintervención, ofreciendo otra dimensión, de un material que no existe, ahondando en el cuestionamiento de la dinámica posmoderna de la compra de materiales y reafirmando un compromiso firme con la autoproducción matérica.
Este artefacto instalativo establece un diálogo con las texturas y colores característicos de la Dehesa de Tablada, un espacio cuestionado e invisibilizado, crisol de culturas primitivas. Un terreno sedimentario de alto valor ecológico y que forma parte del ecosistema de Doñana. La tierra, el cauce, el río, el brillo del sol sobre el agua, la evolución morfológica de los cauces trenzados primigenios en un circuito cíclico y ancestral que hoy parece condenado a desaparecer por las dinámicas destructivas que hemos normalizado como sociedad.
El recorrido culmina con la eclosión de una nueva vida orgánica surgida de los desechos del proceso de autoproducción matérica, como sustrato para la germinación de uno de los personajes de relevancia de la Dehesa de Tablada: el cardo, contenido en un recipiente con cauces Kintsugi.
Anna Jonsson
Manos verdes
80 x 40 x 20 cm cada mano que son dos
Escultura blanda de material textil reciclado policromado con café y acrílico
2022
Federico Guzmán
Operación paraiso
Escultura dodecaedro 2,35 m en aluminio con cloudbuster de resina, aluminio y cuarzo.
La obra consiste en un cloudbuster o “rompenubes”, el término que usó Wilhelm Reich para unos dispositivos que restauraban la energía vital (orgón) de los entornos. Concretamente la formación de nubes de lluvia. La investigadora Mavi Romano decidió rodear un rompenubes con un dodecaedro, la figura de geometría sagrada que se considera la “puerta del éter”, amplificando la acción del dispositivo a decenas de kilómetros.
Estamos en una guerra de frecuencias, todo en el universo se maneja bajo el mismo denominador de una frecuencia que se impone sobre otra... y la asimila o la consume... es la regla básica de la alimentación incluso... pero usar el término "frecuencia" no le da la profundidad de lo que pretendo explicar, así que voy a decir en vez de frecuencia "presión espiritual". La mejor manera de describir la presión espiritual es diciendo que es la onda que emite un ser a través de su intención consciente, esa energía es la que manifiesta el universo... los chamanes del antiguo México le llamaban "el intento"... o la " voluntad", no esa voluntad de levantarse a las 5 de la mañana todos los días... hablo de la voluntad de la cual se ven sus efectos pero no explicar como funciona... como tener la voluntad de levantar un peso imposible y que nadie puede explicar de manera lógica pero sin embargo podemos atestiguar que sucede... esa es la presión espiritual que tenemos que cultivar para vencer en esta guerra... las antenas, cómo ahora la luz azul tiene una determinada presión espiritual que intentará asimilar el alma de las personas... así como unbostezo emite una frecuencia que si nos toma desprevenidos nos asimila y nos hace bostezar también lo hacen todas las vibraciones que nos rodean... la única manera de defendernos es ese estar alertas, presentes e imponer nuestra presión espiritual sobre todo lo que nos arrojan... si estamos alertas y conscientes, ese bostezo no nos asimila y pasa de largo... así que además de no vacunarse, ni dejarse intimidar... o cargar una electronita para repeler la señal...
fundamentalmente cultiven esa presión espiritual con la cual somos invencibles... esa que hace que así caiga todo el mundo a nuestro alrededor nosotros nos mantenemos firmes, intactos, sin poder ser tocados... estamos en una guerra definitiva, y antes que nada hay que poder saber ser invencible con nuestra propia "presión espiritual" para poder luego intentar enseñar a los demás cómo hacer eso... Como desarrollamos esa presión espiritual?... Antes que nada nos embanderamos en esa certeza, esa seguridad de que nada nos va a afectar, ese visualizar seguro de que estamos protegidos... y fundamentalmente ese estar siempre conscientes, nunca en automático a merced de pensamientos externos... siempre firmes en lo que creemos, y jamás sentir el derrotero, como jamás dar fuerza con nuestras palabras a lo que ellos pretenden... usar siempre la palabra hablada en nuestro favor... en hacer decretos con total certeza de nuestro triunfo... en resumen... con intención consciente.
Txiki López
Andalucía desleída
Instalación de Landart y vídeo instalación en sala.
Residuos Humanos, escombros, hormigón, cantos rodados, plásticos, restos de aislante y depósitos naturales, limos desleídos y decantados en el lugar, procedentes de la inmensa cuenca del Guadalquivir, restos vegetales, etc..
Andalucía desleída; es un juego polisémico, que da nombre a una acción artística de corresponsabilidad, que reflexiona y llama la atención sobre el incomprensible desconocimiento del origen y entidad de los materiales que conforman el territorio que habitamos, con especial énfasis en la terrible realidad de abandono y degradación de los espacios naturales periféricos que rodean nuestras ciudades y nos conectan con poblaciones limítrofes.
Se compone de dos instalaciones, la primera es una obra de #Landart en el territorio, compuesta por alcorques circulares concéntricos orientados al orto solar del solsticio de invierno, realizados al estilo de las construcciones de antiguas civilizaciones, con restos de escombros, residuos plásticos y materiales de origen natural recopilados en el lugar, están inspirados y recuerdan a las ondas provocadas por las gotas de la anhelada lluvia que un día golpeó la superficie de agua que respiró libremente por este espacio de transición mareo fluvial.
Realizada en un taller de 2 días, contó con la inestimable participación de numerosos artistas, biólogos, historiadores, arquitectos, pastores, profesores, en muchos casos representantes de importantes asociaciones ciudadanas como Red Sevilla por el clima, Andalus o BenBasso, tiene un marcado caracter simbólico pero también servirá de refugio a la microfauna, insectos, pequeños mamíferos y a plántulas de futuros árboles frente a la presión ganadera que se da en el lugar.
Se situa en el punto de contacto más cercano entre los dos núcleos poblacionales más importantes de la provincia; Aljarafe y Sevilla, donde gracias a la acción ciudadana se recuperó el antiguo camino tradicional, está emplazado justo en el centro de un antiguo brazo de la ría, desaparecido tras una traumática obra hidráulica destinada a facilitar la navegación y proteger de inundaciones el casco urbano de Sevilla.
La segunda es una vídeo instalación en sala, realizada con fragmentos de cerámica sorprendentemente blanca tras ser cocida a más de 1000°C, confeccionada con arcilla conformada por sedimentos y limos, recogida del inmediato entorno de la dehesa de Tablada, restos vegetales procesados por hormigas, amén de escombros, cantos rodados, gravas y aislantes plásticos procedentes de vertidos esparcidos por el lugar, que tras ser recogidos, fueron usados para conformar uno de los grandes círculos de la obra de Landart, tras ser retirados se transportaron a la Facultad de Bellas Artes, para generar una nueva instalación, con dos nuevas gotas con círculos concéntricos, sobre los que se proyecta una videocreación lumínica que además de transformar simbólicamente el hormigón de la sala en agua, incorpora un track de sonidos con un paisaje sonoro cedido amablemente por el prestigioso ornitólogo Jose Carlos Sires a fin de procurar el paisaje soñado.
Estas ondas simbólicas de conciencia quieren extenderse más allá de edificios, muros, cortas y vías de alta capacidad, para evidenciar la urgencia y la extrema necesidad de acabar con las impunes agresiones, para cuidar la Naturaleza que nos ampara y protege, generando jardines conscientes en nuestros inmediatos entornos naturales.
Patricia Ruíz Soriano
Ikebanas de ida y vuelta
Mi proyecto es una reflexión sobre el lugar para entenderlo y venerarlo a la vez. Me interesa el rito y el conocimiento profundo de las cosas. Como artista común que soy, manipulo lo que tengo a mi alrededor para darle una nueva forma, una interpretación. Como florista hago prácticamente lo mismo en búsqueda del “equilibrio natural”. Y como persona consciente de que hacemos demasiadas cosas que no necesita este mundo, busco en los últimos años una forma de hacer más sobria y sencilla, usando menos recursos para crear la poesía, que es el campo del arte que me interesa. Aquí entra el Ikebana en juego, una práctica ligada al silencio y a la espiritualidad, a la mínima intervención. Sobria y poética, además de femenina.
Ikebana es un tipo de decoración ornamental floral de origen chino que se usaba para hacer las ofrendas en los templos budistas, pero que en el S VI pasa a Japón, donde se refina y se convierte en una práctica muy sofisticada por su increíble sencillez, significado y belleza. La obra que aquí planteo trata de pensar en La Dehesa a través del Ikebana volviendo a conectar con ese pasado donde Japón y Sevilla tuvieron tanta conexión, justamente en estas tierras lindando al río.
Después de una larga investigación con diferentes arcillas, barro blanco, rojo y barros cogidos de la propia Dehesa, donde colaboran varios artistas haciendo ellos algunas de las piezas de arcilla durante el proceso, la obra final la realizo en barro negro refractario con chamota, buscando con ello contundencia y mucha presencia. La obra guarda la intención de poner en alza la naturaleza del propio territorio y hablar de su poderes, de su fuerza desde la seriedad del color negro y la majestuosidad del oro.
La pieza consiste en tres jarrones cerámicos intervenidos de una forma aparentemente abrupta, con el sellado de semillas, ramas y elementos vegetales secos de la dehesa. Estas piezas se utilizan para hacer composiciones florales con la filosofa propia del Ikebana*, tres elementos florales a diferentes alturas. Sin embargo, en este caso haré una disección del Ikebana poniendo un elemento en cada pieza: Tres peanas delgadas alzando la obra hacia el cielo; tres piezas que hablan con su estructura del cielo y la tierra, lo masculino y lo femenino; el tesoro dorado del cardo borriquero de la Dehesa, tan menospreciada como ella misma; la arena de playa que nos acerca a Doñana y a su pasado marinero y la arcilla negra, como continente y veneración de la naturaleza.
Sin más. barro, agua y vegetación: todo lo que es la Dehesa.
*Ikebana: arte floral de origen chino que se usaba para hacer las ofrendas en los templos budistas, pero que en el S VI pasa a Japón, donde se refina y convierte en una práctica muy sofisticada por su increíble sencillez, significado y belleza.
*Artistas que colaboran con Ikebanas: Txiki López, Rocío Arregui, Ana Aydillo, Rosa Vives Almansa, Fico, Pepa López. Otros en paseos y tertulias: Marta Gómez Rangel, Cristina Pérez de Villar, Montse Caraballo, David López Panea, María Cañas además por supuesto que los citados anteriormente.
Rosa Vives Almansa
Planta tu corazón: Germinación de semillas y reforestación simbólica de La Dehesa de Tablada
8 piezas de arcilla, 15x10x10 cm aprox.
2022
A partir de un molde de unas vasijas en forma de corazón, se propone la colaboración de artistas y colectivos para positivar e intervenir las piezas, algunas realizadas con arcillas procedentes de los lodos del Guadalquivir, modificando la arcilla húmeda con posibilidad de ser posteriormente cocidas y/o esmaltadas. Estas vasijas en barro son el soporte de bombas de semillas para la germinación de árboles autóctonos de dehesa y bosque de ribera, con los que posteriormente se realiza una acción performática de plantación insitu.
La obra de la artista se basa en un planteamiento eco-educativo del arte, procedente de las teorías de Howard Gardner en Ecoliterate: How educators are cultivating emotional, social and ecological intelligence (Golemann, Barlow y Bennett, 2013). Donde se recogen prácticas de un modelo de educación basado en la inteligencia emocional, social y ecológica que «desarrolla los conocimientos, la empatía y las acciones necesarias para llevar a cabo una vida sostenible», con iniciativas como “la creación de huertos en las escuelas, la reforma alimentaria, la restauración y preservación de hábitats, así como la integración de la sostenibilidad en la enseñanza y el aprendizaje”.
La empatía con el entorno es la clave de la obra. La requiere la proyección de uno mismo sobre el barro para intervenirlo, creando el cuenco y sustrato que recoge la vida de un plantón. La palabra empatía designa una capacidad inherente al ser humano, y deriva de la voz alemana einfühlung que traduce la expresión “sentirse dentro de”. (...) la empatía no sólo responderá a la identificación intersubjetiva, “sentirse en el lugar del otro” en relación a sujetos parecidos a nosotros, sino también, en un sentido más amplio y no sólo desde una perspectiva utilitarista, la identificación con el entorno, con el devenir de la biosfera entendida como la casa común de todas las especies, cuyo destino compartimos (ALBELDA & SGARAMELLA, 2015)
Fotografía
Tubería en la Dehesa de Tablada
30 x 40 cm
Cartel roto del Mirador de San Juan
30 x 40 cm
Vista desde el Mirador de San Juan
20 x 30 cm
Daniel Bilbao
Dehesa de Tablada - Amanecer
Óleo sobre lienzo
60 x 60 cm
La dehesa de Tablada resulta un páramo que une o separa, según se quiera, la ciudad de las colinas del Aljarafe. El ciclo circadiano marca la diferencia tonal en esta extensión dependiendo de las estaciones secas de las, cada vez menos frecuentes, estaciones húmedas. Los ocres que cubren esta tierra en estío se tornan verdes-pardos, cuando reciben las lluvias. Las primeras luces suelen aportar una atmósfera en la que los matices despiertan, tímidamente, antes de que el sol alcance su cenit. Ese momento lumínico me interesa especialmente, ya que las luces artificiales de la ciudad conviven con un sol anaranjado que apenas asoma sobre el horizonte. Sirva esta obra para contribuir modestamente a poner en valor esta dehesa acariciada por el Guadalquivir y testigo de noches belmontinas.
David López Panea
El Río
óleo sobre lienzo, 146x195 cm
El Río es un mapa muy incorrecto (expresionista y estropeado) del territorio que recorre el río Guadalquivir desde Lora del Río hasta su paso por la Dehesa de Tablada, orientado de una manera curiosa, en aspa. Es un mapa descriptivo en el que el río domina la composición y es el que explica el mapa, que está cerrado en su parte superior por un cielo que proyecta una luz indeterminada a la composición (no sabemos si es un amanecer o un atardecer). Debajo la Sierra norte, la Vega, la Campiña, El Aljarafe, Los Alcores. Pueblos, carreteras, y Autovías, vías del tren. Ríos, arroyos, afluentes del Guadalquivir. Abajo Sevilla, Triana, el Charco de la Pava, El Barrio del Monumento y por supuesto La Dehesa de Tablada cerrando la composición. Y el final del río en el cuadro que sigue su camino hacia Sanlúcar.
Javier Martínez Cano
La dehesa: dos miradas
Técnica mixta sobre lienzo
178x 116 cm (Díptico)
Esta obra es un díptico en el cual se presenta dos miradas de un mismo lugar. En uno de los lienzos se muestra una mirada amplia, un paisaje que surge del mito y la divinidad, un lugar con historia que es representado como un elemento antropomórfico, ese recurso tan utilizado en las ontologías “animistas” donde la vida natural y los lugares eran “personas” —no humanas— dignas de respeto e incluso adoración, donde la unidad de la vida y sus relaciones eran preservadas, ausentándose la actual escala de valores que configuran los dualismos modernos de occidente.
El segundo lienzo se representa la mirada instrumental propia de la ciencia moderna, tan útil para descubrir partículas elementales de la física de nuestro universo, pero tan compleja y abstracta para crear relatos y ofrecer un sentido trascendental de lo existente. El arte tiene las herramientas de dar sentido a lo que aparentemente no lo tiene. En esta obra se unen el detalle de lo mínimo, lo pequeño, a través de una serie de paisajes atomizados y fragmentados que surge de una mirada analítica. Y, a la vez, se ofrece el reverso del primer lienzo, la mirada amplia e inclusiva a través del mito y la cultura. Se crea, de esta manera, un relato que integra las dos visiones que son necesarias para un avance de la conciencia, y que no tendrían por qué ser excluyentes. Como decía Stanisław Lem en su obra Solaris “la ciencia se encarga de averiguar cómo suceden las cosas no por qué suceden”.
La Dehesa de Tablada es un lugar excepcional, por hacer de frontera entre la gran urbe que es Sevilla y Doñana, espacio natural de vida y naturaleza. Debe ser, por tanto, un lugar donde cada ser que lo habite o lo transite, lo haga sintiendo el lugar como propio. Con estas tres obras quiero proyectar la idea de convivencia y respeto a la vida y a la naturaleza en este singular espacio.
Paco Moraza
Doñana a diez minutos
Carbón sobre papel, 56 x 48 cm
Tránsito necesario
Carbón y acuarela sobre papel, 56 x 48 cm
Lugar de convivencia
Carbón sobre papel. 56 x 21 cm
Pedro Nieto
Equilibrios I
50 x 70 cm
Mixta sobre contrachapado
Equilibrios II
36 x 66 cm
Digital sobre papel conqueror
En estos momentos donde estamos inmersos en la peor crisis socio ambiental de la que se tenga noticia, provocada fundamentalmente por el impacto de las actividades humanas sobre la naturaleza (alteración inusual del clima, disminución de la diversidad biológica a un ritmo sin precedentes, sobre explotación de los recursos, hacinamiento y contaminación de nuestros hábitat, etc.) la protección de un entorno natural como la Dehesa de Tablada es un necesidad ineludible. Con estas dos obras se apela a la necesidad de buscar equilibrios entre los uso tradicionales de los espacios rurales como son los de ganadería, pastoreo, agricultura y reforestación con el normal desarrollo urbanístico y tecnológico de la ciudad de Sevilla.
En Equilibrios 1 he tomado como referencia una fotografía aportada a este grupo y compartida en el WhatsApp del mismo. Es una instantánea donde se apela a la coexistencia.
En equilibrios II un par de fuerzas colisionan.
Mané Pérez Tapia
San Juan desde la dehesa
70 x 100cm
Acrílico sobre papel
May Andreu
La cicatriz
Temple de huevo sobre papel
díptico: 118 x 100 cm
De largo, la mayor y más admirable forma de sabiduría es aquella necesaria para planificar y embellecer las ciudades y comunidades humanas. – Sócrates, c. 469-399 a.c.
El cuerpo, la ciudad y la historia son espacios donde la herida y la cicatriz llegan a ser visibles. Una cicatriz en la ciudad se genera en el corazón de contradicciones, sombras y conflictos no resueltos.
A través de la pintura, La cicatriz se plantea construir una verdad ficcional que condense el devenir de las heridas que guarda la dehesa de Tablada, un territorio vulnerable cuya piel desgastada no oculta desconciertos, desaciertos y contenciosos que como colectivo hemos provocado en su gestión.
Si Ulises, de regreso a Ítaca bajo una identidad ficticia, es reconocido por su nodriza Euriclea gracias a una cicatriz de la infancia, nosotros podemos reconocernos como sociedad en las marcas que nuestras actuaciones ha dejado en el territorio. La cicatriz pretende reconocer los valores de la enorme llanura aluvial que con esta exposición
deseamos proteger, sin olvidar su pasado y la vulnerabilidad de unos suelos que reclaman tiempo y prudencia para aportar equilibrio al desarrollo urbano de Sevilla.
PARA LA DEHESA DE TABLADA
Contemplo el espacio de la Dehesa de Tablada desde una silla de oficina abandonada...
Para algunos maestros meditación y contemplación son sinónimos.
Percibir este desierto verde, esta Naturaleza salvaje que hasta ahora se ha salvado de la conquista del capitalismo en Sevilla, es como contemplar la nada, el vacío.... Un nolugar verde y vivo para olvidar todo tipo de pensamientos egoicos...
Dejar que sea el espacio el que hable, el que transmita al corazón esa ausencia de deseos, esa pulsión verde de vida que es descansar en el presente sin intervenir... Llevo mas de veinte años investigando a nivel teórico y práctico sobre chamanismo, un movimiento ancestral, vinculado a los pueblos indígenas, que siguen hermanados con la Naturaleza y sus ciclos, con las plantas, los animales y sus espíritus. En 2001, cuando realicé mi primera iniciación con chamanes Shuars (jíbaros) en Gualaquiza (Ecuador), Germán me enseñó esa complicidad con la Naturaleza en todos los aspectos de su vida. Desde la vivienda hasta la alimentación o el vestido...
Paca Antúnez
Meditando sobre la Dehesa de Tablada
Dos series de 4 fotografías digitales en color
28x35cms-impresión 11,2x15cms
Impresión: Archival Pigment Print
Papel: Museo Portfolio Rag 300gsm
Fotografías tomadas en la Dehesa de Tablada el 26/3/2022
Despacho para la dehesa. Munay
Vídeoperformance
6 min
Cuando dábamos un paseo por la selva y cogía alguna planta o fruta, siempre pedía permiso hablando con la mata o con el árbol como muestra de respeto, y siempre dejaba una parte para compartir con los pájaros y otros animales de la zona. Cuando iba de noche a cazar a la selva llevaba tabaco en los bolsillos para protegerse. Como buen chamán conocía las energías de las plantas y los animales...En 2004 realicé durante tres años una formación en chamanismo inca en la línea de Alberto Villoldo (“Four winds”) que acabé en 2007 consagrando mi mesa de cura con iniciaciones con los q´eros en lugares de poder de Machu Picchu y el Valle Sagrado de los incas (Perú).
Una de las prácticas chamánicas que me enseñaron se llama “hacer un despacho”, que consiste en hacer una ofrenda a la tierra cuando vas a explorar un nuevo espacio de Naturaleza, para pedir permiso a los espíritus del lugar en señal de respeto.
Esta ofrenda suele estar compuesta por flores, hojas, frutos, semillas u objetos de poder. Los q´eros suelen usar mucho semillas rojas y hojas de coca, que utilizan también para masticar en las alturas o adivinar el pasado o el futuro de tu vida.
También suelen usar gominolas, chocolates o dulces como símbolo de amor.
La ofrenda, “el despacho”, se coloca encima de un papel o una tela en la que se envuelve todo y se entierra, después de comunicar con el ritual la intención a los espíritus del lugar.
Me gustaría ofrecer este ritual a la Dehesa de Tablada llevando mi mesa de cura en esta muestra colectiva:
Ofreceré frutos, hojas, flores y otros productos que estén íntimamente relacionados o tengan un significado especial en el territorio. Enterraré este “despacho” eligiendo un lugar estratégico.
Esta ofrenda lleva la intención de hacernos conscientes del VALOR y la cercanía del espacio de la Dehesa de Tablada en Sevilla, como el lugar para conectar con el rio y con la Naturaleza, un lugar sanador y cercano. Un espacio que no tiene PRECIO.
Rocío Arregui
El olmo de la dehesa de Tablada
Acrílico, pastel y carboncillo sobre papel
150 x 250 cm
Es difícil pensar en nuestro entorno desde un punto de vista no humano. El paisaje y las cartografías hablan de intervenciones sobre la naturaleza, aún más en las metrópolis: carreteras, puentes, vías… edificios arremolinados o dispersos, pero dejando poco hueco a vegetación, hongos o animales, rompiendo cualquier posible conexión entre ellos. Ignoramos que el mundo natural estaba antes que nuestra especie y que para sobrevivir dependen de su interrelación.
Nos interesan nuestras comunicaciones, las viarias, las que se realizan en máquinas a velocidades muy superiores al caminar. Al construir estas redes, rompemos el resto, ignorantes de que las otras son las que verdaderamente importan, las que sustentan la vida y cualquier posibilidad futura de supervivencia.
La dehesa de Tablada se ha conservado casi intacta gracias a una serie de circunstancias políticas y geográficas, pero éstas pueden cambiar en cualquier momento. Por eso hay que protegerla, darle su espacio de posibilidad de conexión con Doñana, de posibilidad de interconectar como espacio natural a Sevilla y el Aljarafe, de convertirse en el corazón que alimente otras formas de entender el paisaje, interconectando especies vegetales y animales, creando micorrizas.
Sara Gallego
Inundación
100 x 70 cm
Óleo sobre madera
Arraigo versus desarraigo
50 x 65 cm
Dibujo en grafito, tintas y lápices de colores sobre papel Canson
Inundación
El estado natural e histórico de la dehesa de Tablada es ser marisma. Desde que comprendí que Sevilla tenía mar y se inundaba por crecidas del río Guadalquivir, amé más todavía el proyecto de protección de la dehesa de Tablada.
Quiero con esta pintura mostrar el plano de la dehesa que tan peculiar me parece, llenarlo de colores inundados por el agua, con reflejos del día posterior a la crecida inundado de sol.
En definitiva transmitir a los que quisieran alterarla a través de la construcción y cementación, producirían destrucción de algo bello y dificultad de asentamiento de los materiales.
Arraigo versus desarraigo
Dibujo en grafito, tintas y lápices de colores sobre papel Canson
¿Que me sugiere la defensa de la dehesa de Tablada?; incidir en sus orígenes, defenderlo como espacio libre y necesario para la flora y fauna que contiene.
Considero arraigo a esa firmeza de lo natural resistente a todos los contratiempos. En sí mismo el mapa de la extensión de la dehesa proyectada en vertical se me asemeja una pancarta. Siempre acompañada del río Guadalquivir.
El desarraigo viene determinado en mi dibujo, por esa rotura de raíces y plantas, y de esas costumbres de trashumancia como consecuencia de la construcción de edificios que enclavan hierros, plásticos, cemento y demás materiales ajenos a la naturaleza. Quiero que haga reflexionar sobre lo privado y cruel que puede ser el resultado de esa especulación del suelo.
Loncho Gil
Transmutación
Medidas variables
Fotografías comidas por la luz
Las imágenes cerúleas ligeramente borrosas que presento son imágenes de la Dehesa de Tablada que existen, como ese propio espacio, en un estado ambiguo de transformación; son una resplandeciente mezcla que parece fluctuar como un espejismo del desierto, una ensoñación en la frontera amorfa entre materialización y desmaterialización, entre lo fantasmagórico y lo real.
La luz chupa y se alimenta de los colores de las imágenes. Sin embargo, la luz no es sólo una fuerza destructiva sino también creativa. Suministra la energía y el calor necesarios que permiten a toda la vida en nuestro planeta crecer y desarrollarse. Es en esta “luz” bajo la cual puedo crear obras que nacen directamente de la luz misma, al ser modeladas al capricho de una fuerza desconocida.
La naturaleza fluida y pictórica que ejerce la luz del sol me permite explorar temas y prácticas que sugieren lo etéreo y la naturaleza fugaz de la vida.
Javier Martínez Cano
Una historia geológica
21x13x30 cm
Ácido sobre vidrio y madera
Esta obra reproduce los diferentes cauces históricos que ha tomado el río Guadalquivir por su paso por Sevilla. Cada uno de estos cauces han sido grabados con ácido sobre una lámina de vidrio junto a la fecha aproximada del periodo en que se dio. Las láminas de vidrio se superponen una tras otra sobre una peana de madera. Esto permite apreciar todos los recorridos que ha experimentado el río gracias a la transparencia del vidrio. Por lo tanto, en su conjunto, se constituye un objeto exento, como un tótem que nos proporciona la imagen de una gráfica abstracta, pero que por separado resulta que cada lámina es un plano, un mapa, algo plenamente objetivo, una convección técnica de la ciencia humana. Por consiguiente, en su conjunto, tenemos un objeto artístico abstracto, un tótem donde se nos presenta una realidad metafórica y estética, pero cuando descomponemos sus partes, resulta en una herramienta técnica que ofrece una mirada sesgada y reducida del conjunto de la realidad. La unión de estas dos miradas es lo que nos llevara a reunificar una visión más holística y amplia, menos reduccionista y utilitarista. Podemos decir que una conciencia participante es necesaria si queremos “salvar las apariencias”.
Laura Nogaledo
Topografías
Modelado en barro blanco refractario, elementos vegetales
20 x 120 x 20 cm
Topografías es una reflexión sobre la objetualidad del territorio, la burocratización/especulación que se se hace del espacio, desprendiéndolo de su esencia fundamental.
La cartografía de la zona de Tablada se descontextualiza, convirtiendo en fragmento en contenedor cerámico, material extraído de la tierra y de gran tradición en Sevilla. Fragmento objetualizado e intervenido, que muestra el artificio de la relación que finalmente nosotros como humanos damos a nuestro entorno.
UNA GEMA EN LA METRÓPOLIS
Ángel Pantoja
Volver a los árboles I y II
60 x 60 cm
Impresión sobre papel algodón
Guille Rodríguez
Falso UNO : zona de especulación
Caja tríptico, 120 x 50 cm.
Estampas sobre láminas de acetato superpuesto, caja de madera y panel led.
Esta obra nace de la recopilación de datos para la reconstrucción de un recuerdo de Tablada, zanja vegetal entre núcleos urbanos, más densa, espesa y con senderos existentes pero no definidos. Lugar de especulación perenne en la rutina diaria, zona de respiro pre-ciudad. Conformada por su vacío llano verde/gris, la pista de aterrizaje, las conejeras, el pasado de un campo de chabolas, los estratos del río, los paseos con Marina, la niebla de las mañanas y la fábula Belmontiana. Y ahora es vacío, uno donde me proyecto desde que tomé consciencia del estado de indefinición del mismo.
Es por ello que la única manera de acercarme a ella es desde su contextura de atmósferas. Se busca el Uno de este espacio a través de la superposición de capas que conforman las imágenes del tríptico, se busca esa ley que ordena y a su vez conforma el conjunto como unidad indivisible, el Arjé, pues pertenece a lo limitado que legisla. Una unidad que une los fenómenos que la conforman es ley y unidad a la vez. Pero es el arjé de un recuerdo, por lo tanto, indemostrable. Vaporoso. Falso. Pero es la tablada más cercana a la que imagino cuando no estoy en ella.
MP&MP Rosado
Monumento/Tablada
67 x 47 x 47 cm
Fango, arcilla, conchas marinas, palos y cajón de madera
Un ejercicio automático de registro a partir del eje que marca la pista del aeródromo de Tablada.
Jorge Yeregui
Caballos
Proyección de fotografías